27 abril 2024
27 abril 2024

10 lecciones de oratoria que nos da la Reina Letizia cada vez que se sube a un atril

Intervención de Su Majestad la Reina con motivo del 25 aniversario de FEDER (Getty Images).
Intervención de Su Majestad la Reina con motivo del 25 aniversario de FEDER (Getty Images).

En muchas de mis charlas o sesiones de coahing grupal sobre oratoria recurro a un ejemplo clarificador, ilustrativo y que nos ayuda a comprender mejor cómo ser un orador excelente: la Reina Letizia. El discurso desde su despacho en Zarzuela con motivo del 50 aniversario de Informe Semanal es ya mítico y un ejemplo sin igual de cómo dirigirse al público a través de la cámara y llegar a las emociones del otro, impactar de forma eficiente con nuestro mensaje teniendo en cuenta TODO: los colores, la luz, el tono, la dicción, la apariencia, la comunicación no verbal, el storytelling… Es magistral, toda una clase de oratoria por parte de Doña Letizia.

Y ayer mismo lo ha vuelto a hacer: Su Majestad la Reina asistía como cada año con motivo del Día Mundial de las Enfermedades Raras (o patologías de poca o baja prevalencia, más correcto actualmente) al encuentro organizado por FEDER, en este caso por su vigesimoquinto aniversario.

Te dejo aquí un breve análisis de este discurso de la Reina que puedes ver al final del texto, destacando algunas de las principales claves de una correcta oratoria. Y permíteme antes un apunte, hablando de comunicación y de lenguaje: Doña Letizia es Reina, no es Monarca, como algunos medios publican. El Monarca es el Jefe del Estado y solo hay uno: el Rey.

1.- CONOCER BIEN EL TEMA

Esta es una clave fundamental como punto de partida: para poder ofrecer un discurso sobre una cuestión, hay que conocerla a fondo. Esto te permitirá no tener que leer el discurso completo (siempre hay que evitarlo), sino simplemente apoyarte en tu papel para seguir la estructura o las claves de lo que quieres decir o incluso, como en el caso de la Reina, no necesitar ni siquiera ese apoyo y poder ofrecer el discurso de memoria, adaptándote al momento (posibles ruidos que distraigan al auditorio, persona que esperabas nombrar y no está en la sala o no la encuentras, problemas ténicos de sonido, luz o audio…) al tener interiorizado lo que quieres trasladar. Esto nos va a transmitir una enorme confianza en nosotros mismos.

2.- UTILIZA LA TERMINOLOGÍA ADECUADA

La clave anterior nos lleva a esta: hay que saber qué teminos son los adecuados en relación al tema del que hablamos para hacerlo de forma exacta e inclusiva, sin herir ninguna sensibilidad ni caer en errores que nos restarán credibilidad y profesionalidad. Más aún en el caso del discurso del que hablamos, pues el tema es muy sensible y afecta a muchas personas, algunas de ellas presentes en la sala.

3.- UNA CORRECTA DICCIÓN

Su Majestad, que antes de ser Reina ya manejaba el lenguaje y la comunicación por su trabajo como periodista en televisión, es consciente de que la correcta dicción es fundamental. Pronunciar cada palabra adecuadamente ayuda a que el mensaje se comprenda mejor. Incluso vemos que cuando se va a trabar con una palabra, frena y se esfuerza por pronunciarla adecuadamente con una sonrisa, dejando claras dos cosas: que no pasa nada por equivocarse, nos pasa a todos y lo importante es saber reaccionar, y que para ella es importante pronunciar bien cada palabra.

4.- EL RITMO Y EL TONO 

Para mentener la atención del público, es de gran importancia no ofrecer un discurso plano, sino poner énfasis en las palabras o momentos importantes, hacer un buen uso también de los silencios (que dicen mucho), darle una entonación y un ritmo a las frases que las doten de un mayor sentido y de una relevancia diferente, sin acelerarse más de la cuenta ni hablar demasiado lento. Escuchar mucho a buenos oradores y practicar, así como marcarnos en nuestro discurso al ensayarlo previamente esas claves sobre el papel en los puntos clave, nos ayudará mucho a mejorar cada vez más en este sentido y no sonar monótonos. Atento a cómo lo hace la Reina en el vídeo.

5.- SEGUIR UN ORDEN LÓGICO EN EL DISCURSO

Más allá de las formalidades propias de los actos públicos o con autoridades presentes, a quienes hay que saludar protocolariamente al inicio, es preciso elaborar una estructura del discurso que nos ayude, por un lado, a interiorizarlo y no perdernos en divagaciones (siempre tendremos un punto al que volver, sabremos qué viene después) y, por otra parte, para favorecer que el público siga el discurso con atención y lo coprenda mejor. En definitiva, que el mensaje llege e impacte como deseamos. Es evidente que la Reina, aún sin mirar un papel, tiene en su cabeza un orden lógico de los puntos a abordar y los enumera incluso en ocasiones, de modo que no olvida nada y no pierde el orden de los contenidos.

6.- BREVEDAD, SIEMPRE UNA BUENA ALIADA

Los discursos muy extensos no son recomendables, pues por muy experimentado que sea el orador y por muy dinámico que logre hacerlo, corremos siempre el riesgo de que gran parte de la audiencia acabe desconectando. No es sencillo mantener la atención de un auditorio durante muchos minutos. Por ello, ser breve y conciso, trasladar solo los mensajes clave y no perdernos en detalles intrascendentes será siempre una de las claves del éxito.

7.- APELA A LAS EMOCIONES

La comunicación, si queremos que sea exitosa, debe llegar a tocar las emociones del público, lo cual no significa hacerles llorar, sino conectar con ellos emocionalmente. Los testimonios, los ejemplos o el storytelling suele ser un buen recurso, recurriendo a una historia vinculada con el contenido del discurso que puede, además, ser personal. La Reina, al final de esta intervención, apela a su propia edad y a su deseo de regresar (que la inviten) dentro de 25 años, cuando tenga 76, un guiño que muestra además humildad y cercanía, cualidades siempre importantes en un orador, pero especialmente en la Reina que, por su propio cargo institucional, puede ser vista muchas veces como una figura inalcanzable o que está en un plano superior. Esto la humaniza, nos la acerca.

8.- EXPRESIÓN NO VERBAL

Si nuestras palabras y el modo de decirlas (tono, cadencia, dicción, elección del lenguaje, etc.) influyen en el éxito de nuestra intervención, no lo hacen menos nuestros gestos o cuestiones como hacia dónde dirigimos la mirada, cómo utilizamos las manos o la postura que adoptamos. Por tanto, todos los elementos de comunicación no verbal han de ser coherentes con nuestro discurso. Como vemos en el caso de la Reina, el uso de las manos para hacer determinados gestos apoyan siempre sus palabras, expresan, transmiten, de lo contrario nos distraerían. Igualmente, con la mirada busca a todo el mundo en la sala, conectando con ellos, por poner otro ejemplo en este sentido.

9.- TEN EN CUENTA LOS DETALLES

Desde la ropa que te pones o el peinado, hasta la iluminación, los colores que te rodean y otros muchos detalles que puedan parecerte menores también comunican, también trasladan una imagen de ti y de lo que estás contanto. Por tanto un buen orador tendrá en cuenta antes de subirse al atril (si es el caso) muchas cuestiones más allá de lo que vaya a decir. Sacar, por poner un ejemplo, un papel doblado en varios pliegues y muy arrugado del bolsillo no trasladará una muy buena imagen…

10.- UN BUEN CIERRE

Ya he comentado las palabras que la Reina dice al final de su intervención, saliéndose del tono más formal del resto del discurso y logrando así dejar un mensaje de cierre que cala en el público, le despierta una sonrisa y que no van a olvidar. Esa simpatía, recurriendo al humor, es también una clave indispensable para la pretendida conexión.

Estas diez recomendaciones, que vemos ejemplarizadas en esta intervención de la Reina Letizia, nos ayudarán a convertnirnos en profesionales a quienes los demas desean escuchar. No te pierdas el vídeo: